jueves, 15 de abril de 2010

Conflicto ambiental: cuando para “progresar” se recurre al medio ambiente


Un conflicto es una situación en la que existen dos posturas que se contraponen en opinión, en este caso el tema se liga con el medioambiente, y su impacto o directamente el daño o un menoscabo. Al existir dos posturas o dos actores, está quien produce el impacto y quien lo recibe; quien lo produce es generalmente una empresa y el receptor, suele ser una comunidad de escasos recursos económicos.
En Chile ha predominado el modelo de desarrollo y progreso ligado a un crecimiento económico por sobre cualquier otra cosa, se ha llegado a establecer como norte la acumulación de grandes sumas de dinero por sobre otros capitales y como Chile es un país extenso con variados tipos de ecosistemas desde el extremo norte al sur, es que aparece la posibilidad de que esa biodiversidad sea aprovechada y explotada, bajo una lógica de que el hombre debe de aprovechar al máximo los recursos de los que dispone, más allá incluso de los niveles que necesita.
Cuando la tierra, el mar, la flora y fauna, el medioambiente al fin y al cabo, pasa a ser una moneda de cambio en este mundo moderno, se entra en una situación conflictiva, primeramente porqué todo lo señalado antes, difícilmente puede ser cuantificable, no en términos objetivos, ya que claramente se puede valorizar una hectárea de bosque nativo o una tonelada de salmón, sino precisamente en la subjetividad de las comunidades involucradas, que pecan de haberse asentado en el lugar que lo hicieron. Por lo tanto no es posible que la relación sea igual de beneficiosa para ambas partes y por otro lado es una situación conflictiva ya que no hay un resguardo sobre el medioambiente que procure su conservación y comprometa una relación responsable con este.
Cómo es posible que los gobiernos ya salidos hayan colmado sus discursos con la idea de que las personas estaban en un lugar central de sus preocupaciones, quizás por eso son los gobiernos ya salidos, si no fueron capaces de resguardar algo tan básico y necesario para las comunidades, como el lugar que habitan las personas a las que les deben su trabajo y preocupación. Y es que la legislación actual respecto a temas de impacto ambiental no basta y es bastante sabido con casos emblemáticos de que los esfuerzos no son suficientes, ya que sobretodo son planteados desde una lógica distinta a la de la protección. En palabras del en ese entonces presidente de la república, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, candidato a presidente en las últimas elecciones presidenciales, el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) “no estaba diseñado para rechazar proyectos, sino para mejorarlos ambientalmente” y que “ninguna inversión se detendría por consideraciones ambientales”.
Confiarle entonces la misión de Evaluar el Impacto Ambiental a instituciones así concebidas, permite embarcarse en el ejercicio, a estas alturas poco aventurado de presagiar lo que va a ocurrir, que es lo que ha estado ocurriendo en todos los sectores afectados por proyectos de inversión; un deterioro en las condiciones de vida de los habitantes de las zonas aledañas a los proyectos. Problemas de salud, problemas de organización, finalmente problemas tanto personales como sociales, que tratan de ser ocultos con medidas de mitigación facilistas como el ofrecer grandes sumas de dinero, para acallar la voz de quienes tienen que defenderse de grandes empresas amparadas por una ley deficiente y que más encima se encuentran solos en esa tarea, ya que el Estado no ha hecho más que restarse de los conflictos y tomar una posición de observador, dejando que se “entiendan” entre privados, aún cuando ni si quiera hablan el mismo idioma.
Que los proyectos de inversión cumplan la normativa vigente no habla bien de las empresas ni de su responsabilidad social o ecológica, sino es una demostración a gritos que la normativa está obsoleta, que es inútil, insuficiente y una especie de excusa bien articulada para que parezca que el estado y las empresas tienen dentro de sus prioridades, lo que la gente ha venido demostrando como temáticas que realmente les importan, como es en este caso, el desarrollo sustentable y un comportamiento ecológico adecuado.

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