No ha cambiado mucho, sobre todo las ideas de desencanto, respecto de la nunca suficientemente ninguneada gente de mierda. Esa sub especie humana, con todas sus características fisiológicas idénticas a las de una persona normal, pero sin principios, al contrario, puros fines; mayoritariamente de sacar ventaja de las situaciones a las que se ven enfrentados. No sería grave si fueran ventajas que no se traducen en perjuicios para los otros, pero lamentablemente, así ocurre y muchísimo.
¿Y que consiguen? Que uno esté mal, que uno sea un amargado, que uno sea un desagradable, cuando uno no es más que la respuesta a como esa gente te afecta y se relaciona contigo. No es sólo mi culpa odiar a la gente, y que cada vez más me den menos ganas de socializar a partir de sus acciones y sus demostraciones empíricas de que son lisa y llanamente unos hijos de puta. Como si uno lo pasara bien odiando, como si resultara cómodo o agradable sentirse extraño cuando estás rodeado de "gente".
Hay cosas que uno no puede hacer con otra; no puedes perjudicar, como finalidad, a otra persona, por la razón que sea, menos aún cuando la razón es porque te lo hicieron antes: entonces es una "devuelta de mano". Fak Llu.
Mucho menos puede ser culpa de uno confiar en el resto menos de lo que se acostumbra, para cuidarse las espaldas y salir a la vida como un paranoide.
No le puedes robar a otra persona, no sus cosas personales, roba en el super, en falabella, pero no las pertenencias de una persona. Menos cosas tan personales como por ejemplo su reproductor de música, por que eso no es una mercancía compañero, no la cague, esa wea es tu música, tus discos, una búsqueda, selección, colocación y disfrute de una situación demasiado íntima, como la escucha de una canción, disco, catálogo, sea lo que sea, dependiendo de la capacidad de almacenamiento de tu reproductor. La escena es entrar a la pieza de una persona, meterse en sus discos y llevártelos, verlo como simplemente un objeto de valor es una actitud pastabasera, ¿o que? te lo robas por que te encantó la música que sonaba en el carrete desde ese reproductor? no me crea huevón, no no!, no lo haga, soy bueno, no huevón.
Una vez salí persiguiendo a un francés que en Bellavista trató de llevarse el ipod de un amigo quien iba a tocar en un local y yo iba a grabar la tocata con el ipod. No corrí porque era un ipod, porque su precio comercial era elevadísimo al ser de esa marca tan posera, lo hice porque se llevaban la música de mi amigo, esa que muchas veces hemos compartido y nadie iba a venir a arrebatarnos eso, por lo que nos bastó mirarnos con Martín para salir detrás del ipod de Reca.
Lo hice también porque unas semanas atrás se habían robado su batería, cosa que tampoco te puedes robar, un instrumento, NO!, y si ya le quitaban ambas cosas me imaginaba a mi amigo decidiendo tirarse del puente pío nono para abajo, por lo que corrí (por suerte "el malhechor" no corría rápido y le exigí que me devolviera el ipod, me dice es que no se lo vi y era un ipod, algo así como "no soy yo la mierda de ser humano, es el objeto el que me hizo serlo" esas explicaciones dejémoselas a gollum y su amor por el preciado anillo.
Finalmente, luego de mi extremada no violencia, el tipo terminó accediendo a devolverme no solo el ipod sino también la cámara de fotos, el celular y la billetera de Reca, que estaba todo junto, por lo tanto el móvil del robo no era el ipod, no no, era la mierda constituyente de esa "persona".
Agradezco que no he pasado ese tipo de problemas con mi Zune, no se cómo reaccionaría, cómo podría responder al hecho de que las 4531 canciones de 332 discos de 162 artistas distintos, incluyendo hasta a la banda de mi hermano, se conviertan en una mercancía sin valor y con precio, no para una persona, sino que para una proción de hijo de puta...
....Notable como, luego de publicar esta entrada comienza a sonar en
RadioUno: "Gente" de Florcita Motuda